Otoño en el Pirineo, un privilegio para los amantes de la montaña
El otoño viste el Pirineo de colores y para demostrarlo, una imagen que vale más que mil palabras.
Los colores otoñales son el principal atractivo del paisaje. Durante esta temporada, con la llegada de las primeras lluvias, los bosques del Valle de Tena se tiñen de colores cobres y rojizos espectaculares. Los árboles cambian sus hojas a tonos de rojo, naranja y amarillo, creando un paisaje pintoresco y hermoso que no deja indiferente a los que lo visitan.
En El Valle de Tena existen multitud de bosques por los que podrás empaparte de otoño con los cinco sentidos. Uno de los más famosos es el Bosque del Betato, que ofrece rutas para todos los niveles entre uno de los hayedos más frondosos del Valle de Tena.
La ruta más conocida de este bosque es circular con una longitud de unos siete kilómetros y un desnivel de cerca de 300 metros. Para llegar al inicio de la excursión hay que dirigirse hacia Piedrafita de Jaca. Hay que circular atentos por la carretera de acceso que conduce hasta el pueblo, ya que hay un camino que sale hacia la derecha que deberemos tomar para llegar al punto de inicio del paseo. Una señal de inicio de la ruta será el punto de comienzo por el que comenzará la ascensión hacia el interior del Bosque del Betato. Una vez dentro no os olvidéis de mirar hacia arriba para contemplar el colorido que ofrecen las copas de los árboles.
Cuando dejemos atrás el Bosque, podremos contemplar la Sierra de la Partacua que nos ofrecerá otra amplia gama de colores otoñales en sus faldas. Si elegís este paseo, podréis contemplar también el encanto de Piedrafita de Jaca, un pueblo pirenaico característico por su construcción de piedra.
Desde aquí también se pueden visitar el Ibón o el Arco de Piedrafita así como el Parque Faunístico de los Pirineos Lacuniacha.
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